¿Qué son las lijas para metal?
Las lijas para metal son hojas abrasivas con medidas estándar de 230 x 280 milímetros (o de 9 a 11 pulgadas) cuya función principal es lijar superficies o herramientas hechas mayormente de cuerpos minerales simples de características maleables y conductoras con la capacidad de formar óxidos básicos, es decir, de metal.
Además del lijado, las lijas para metal son de utilidad para llevar a cabo otros procesos como el desbaste (eliminación de las imperfecciones, picos o rugosidades) o el pulido (alisamiento para quitar lo áspero o lo opaco o dotar de brillo y suavidad). Su uso puede ser de forma manual (con un taco de madera) o electrónica (con una lijadora rectangular).
y el acabado. En el segundo es donde los abrasivos revestidos toman su forma final.
Si bien las lijas para metal tienen medidas específicas, éstas pueden seccionarse para obtener hojas abrasivas más pequeñas. Usualmente, estas se dividen a la mitad, en tercios o en cuartos. Algunas hojas tienen marcadas, incluso, estas medidas para que su división resulte más sencilla; aunque esto depende de cada fabricante.
Componentes
Las lijas para metal forman parte de los abrasivos revestidos y,por lo tanto, están compuestas de un dorso, un adhesivo y granos abrasivos.
A grandes rasgos, la manufactura de estas herramientas para lijar consiste en cubrir, en primer lugar, el dorso con el adhesivo para que los granos pueden fijarse y, después, en pasarlos por un campo electrostático que optimiza las propiedades de los granos (1).
Los dorsos de las lijas para metal son generalmente de tela debido a que este material proporciona mayor resistencia, flexibilidad y fuerza que el papel durante su uso. De acuerdo con la tela que funja como dorso o soporte, las lijas van a ser mejores para ciertos acabados o tareas.
Por ejemplo, si se busca obtener acabados tersos y homogéneos, lo más recomendable es que se elija una lija de metal con un dorso de tela ligera y flexible; en cambio, si lo que se requiere es una herramienta para trabajo a altas presiones hay que optar por dorsos de algodón y poliéster (1).
Respecto a los abrasivos de las lijas para metal, los más utilizados son el óxido de aluminio (grano abrasivo redondo de alta dureza y tenacidad) y el esmeril (grano abrasivo de alta durabilidad). El primero se prefiere para tareas de desbaste pesado o intermedio, mientras que el segundo para el lijado manual.
de granos abrasivos. Esto hace que se puedan utilizar en lijado pesado, intermedio y fino.
Estas lijas pueden tener diferentes recubiertos según el porcentaje de cobertura que presente la superficie. Si los granos abrasivos cubren por completo la hoja, se trata de un recubierto cerrado; en cambio, si la cubre en un 60 o 70 % es un recubierto abierto.
El dato anterior es importante porque el tipo de recubierto abrasivo es una de las informaciones que contienen las fichas técnicas o de producto de las lijas de metal y que pueden influir en el resultado de nuestro proceso de lijado, desbaste o pulido.
En cuanto al último componente de las lijas para metal, el adhesivo, resta decir que son resinas termoestables que se modifican con el propósito de proporcionar tanto resistencia como durabilidad al momento de que se produzca la fricción entre los granos y la superficie. Por lo general, en las lijas para metal se aplican dos capas de adhesivo.
Según el tamaño de grano
El tamaño de grano de una lija de metal se puede reconocer según el número de grano de la herramienta. Por lo general, los números pequeños corresponden a granos de mayor tamaño y, en consecuencia, los números más grandes a granos de menor tamaño (2). De acuerdo con este criterio, las lijas de metal se dividen en:
- Lija para metal gruesa. Se prefieren para comenzar con trabajos que involucren superficies muy rugosas u oxidadas o para quitar pintura que pudiera estar adherida; además, sirven para lograr acabados o terminaciones rústicas.
- Lija para metal mediana. Se utilizan para mejorar o suavizar la superficie antes del acabado final pero después de un proceso con lija de grano grueso.
- Lija para metal fina. Se destinan para lograr acabados suaves o finos.
- Lija para metal extrafina. Se usan para eliminar cualquier pequeña aspereza o imperfección que haya quedado después del lijado con un grano fino.
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Este tipo de hoja abrasiva es utilizable tanto en las industrias como en los talleres.
Aplicaciones de las lijas para metal
Las lijas para metal tienen diferentes aplicaciones en los sectores industriales. Algunas de las más representativas son el lijado de contornos y tubos en la industria constructora, el lijado y pulido de piezas metálicas en la industria automotriz y en la fabricación de instrumentos de corte en la industria metalúrgica (3).
la automotriz, la cerámica, la metalmecánica, la metalúrgica, la plástica y la vidriera.
Además de las anteriores, estas hojas abrasivas son de mucha utilidad para deshacerse de las partes oxidadas de los metales.
Lijar metal oxidado
Las herramientas abrasivas de las que nos ocupamos en este artículo son ideales para lijar metal oxidado; específicamente, para las zonas que estén muy dañadas por la corrosión o para las imperfecciones más diminutas. De manera muy general, los pasos para lijar superficies o piezas oxidadas son los siguientes (4):
- Empezar con una lija para metal con el objetivo de alisar lo más posible las partes más perjudicadas por la corrosión.
- Pasar una máquina rotativa por las zonas menos afectadas hasta conseguir una superficie relativamente plana.
- Regresar a la lija para metal y prestar atención a las partes en las que aún queden residuos de corrosión.
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